Un grupo de investigadores de la Universidad de Brown ha propuesto una ingeniosa solución para explicar por qué la superficie de Mercurio es tan oscura y refleja tan poca luz. En un artículo recién publicado en «Nature Geoscience», los científicos sugieren que han sido los cometas, regando el planeta con polvo de carbono durante miles de millones de años los que, literalmente, lo han ido «pintando» lentamente de negro.
La oscura superficie de Mercurio ha sido, desde siempre, un misterio que los científicos han intentado resolver inútilmente. Mercurio, de hecho, es mucho más oscuro que su vecino más inmediato sin atmósfera, nuestra Luna.
Se sabe que los mundos que carecen de atmósfera son oscurecidos por los continuos impactos de micrometeoritos y el bombardeo constante de los vientos solares, procesos que con el tiempo van creando una fina capa de nanopartículas de hierro en la superficie de esos planetas y satélites. Pero los datos espectrales de Mercurio indican que su superficie contiene muy pocas de estas partículas, desde luego no las suficientes como para darle ese aspecto tan oscuro.
«Desde hace tiempo existe la hipótesis de que un misterioso agente oscurecedor está contribuyendo a la baja reflectividad de Mercurio», explica Bruck Syal, uno de los autores de la investigación. «Pero una cosa que no se había había considerado hasta ahora es que sobre Mercurio se vierte una gran cantidad de material procedente de cometas».
De hecho, es precisamente al pasar cerca de Mercurio, en su viaje hacia el Sol, cuando los cometas suelen romperse con más facilidad. Y el polvo de los cometas se compone por lo menos en un 25 % de carbono, por lo que Mercurio habría estado expuesto a una continua lluvia de partículas y polvo de carbono procedente de los cometas que se desmoronan al acercarse al astro rey.
Utilizando simulaciones informáticas, Bruck Syal fue capaz de realizar una estimación de la cantidad y frecuencia del material cometario que caería sobre Mercurio, cuánto carbono podría quedar adherido a su superficie y cuánto devuelto al espacio. Sus cálculos sugieren que tras miles de millones de años de bombardeo casi ininterrumpido, la superficie de Mercurio debería contener, en cualquier punto del planeta, entre un 3 y un 6% de carbono.
La siguiente parte del trabajo fue averiguar en qué medida esa cantidad de carbono podría influir en el oscurecimiento del planeta. Para lo cual, los investigadores recurrieron al Ames Vertical Gun Range de la NASA, un cañón capaz de simular los impactos celestes disparando proyectiles a más de 25.000 km. por hora.
Para el estudio, los científicos lanzaron proyectiles mezclados con la proporción exacta de azucar, un compuesto orgánico complejo y que simula bien el material orgánico que contienen los cometas. El calor del impacto quema el azucar, liberando carbono. El material de los proyectiles disparados simulaba ser basalto lunar, el tipo de rocas que forman las manchas más oscuras de la cara visible de la Luna. «Usamos como modelo el basalto lunar -explica Peter Schultz, profesor emérito de Ciencias Geolóficas en la Universidad de Brown y coautor del estudio- porque queríamos empezar con algo que ya fuera oscuro desde el principio y ver si podíamos oscurecerlo aún más».
Pintura que se ha ido acumulando
Los experimentos mostraron que las pequeñas partículas de carbono quedaban profundamente inclustadas en el material de impacto fundido. Y el resultado fue que el proceso reducía la cantidad de luz reflejada a menos de un 5%, más o menos lo mismo que las zonas más oscuras de Mercurio. «Demostramos que el carbono -afirma Schutlz- actúa como un sigiloso agente oscurecedor. Desde el punto de vista del análisis espectral, es como si se tratara de una pintura invisible».
Una pintura que se ha ido acumulando durante miles de millones de años sobre la superficie del planeta, el más cercano al Sol de nuestro Sistema Solar. «Creemos que es un escenario muy a tener en cuenta -concluye Schultz-. Parece que Mercurio podría ser un planeta pintado».
¿Samsung Líder de Android? Entendemos esta afirmación, el prestigio de una marca depende de su Smartphone estrella. Que su terminal consiga aprobación de medios y público no siempre garantiza beneficios, y desde luego no indica nada respecto a los demás producto de un fabricante.Pero la reputación de Samsung depende mucho de su serie Galaxy S, la de HTC de los HTC One y la de LG de su familia G. Quizá la única excepción sea Motorola, una firma que se ha vuelto mucho más popular por su gama media que por sus productos avanzados, que tampoco es que resulten malos, pero no destacan frente a sus competidores.
Hoy vamos a analizar los cambios que ha supuesto el Samsung Galaxy S6 respecto a sus predecesores, y comprobaremos que ha seducido a muchísimos usuarios… a pesar de que muchas de sus novedades van contra el espíritu de la marca, y de que se inspira en aspectos del iPhone 6 que se suelen criticar de Apple. El Samsung Galaxy S6 es más que una evolución, se trata de un cambio de filosofía, y muchos potenciales compradores parecen renunciar a lo importante por lo agradable. Empieza nuestro análisis:
¿Qué cambios ha traído el Samung Galaxy S6?
Nosotros ya te presentamos el Samsung Galaxy S6 y S6 Edge con todo lujo de detalles, ahora nos centraremos en las novedades sobre las que es interesante reflexionar. Primero aclararemos que ambos terminales resultan casi idénticos, el Samsung Galaxy S6 Edge se diferencia por una pantalla curva en los laterales. Así que vamos a ver qué es lo que ha cambiado desde la anterior generación:
Mejoras que son errores
Sin nos fijamos en el anterior listado de modificaciones, notaremos una constante clara: Samsung ha ido sacrificando características útiles de su terminal para hacerlo más bonito y lujoso. Básicamente, la marca coreana quería un dispositivo que se sintiese en la mano tan premium como un iPhone 6, aunque tuviera que sufrir sus mismas limitaciones. Ya hemos visto que usar vidrio en la carcasa trasera de un smartphone lo vuelve más frágil, pero además supone renunciar a tres características importantes como la ranura de tarjeta de memoria, la batería intercambiable y la resistencia al agua.
Además, no tiene mucho sentido hacer tanto hincapié en la delgadez del aparato cuando los usuarios lo que piden son mayores autonomías. Se está sacrificando la funcionalidad principal del teléfono por razones estéticas. Da igual que el nuevo procesador fabricado a 14 nanómetros de Samsung demuestre una gran eficiencia, un poco de batería extra vendría muy bien. Respecto a las pantallas curvas, no sirven para nada realmente, representan de nuevo una concesión a la vanidad de los usuarios dispuestos a pagar 150 euros más por un aparato que ya no parte de un precio nada bajo.
Está claro que, desde el punto de vista práctico, los Samsung Galaxy S6 suponen todo un desastre, pero lo cierto es que muchos usuarios llevan años pidiendo que la empresa apostase por mejores materiales y un diseño más trabajado. Parece que la marca les ha hecho caso, ahora toca preguntarse… ¿qué reacciones ha generado el terminal?
Pero todo el mundo está encantado…
A mí me resulta extraño que agrade tanto, pero los que han probado los Samsung Galaxy S6 están más que encantados, sobre todo con la versión especial S6 Edge. Por ejemplo, un medio especializado en tecnología tan prestigioso como Engadget piensa esto del nuevo smartphone estrella de la firma surcoreana:
Otra gran web estadounidense como Slashgear piensa parecido. Aunque nadie quiere comprometerse demasiado halagando al terminal hasta probarlo a fondo (aún no han salido las reviews completas) parece que el diseño consigue acaparar todas las miradas:
También un medio bastante conocido como Ars Technica se llevó una buena impresión de lo que ofrece el Samsung Galaxy S6 en lo referente a sus acabados, sobre todo al compararlo con sus antecesores. Esta es su positiva opinión respecto al nuevo terminal tope de gama: